Los cuencos tibetanos han sido creados con conciencia e intención y se han utilizado como guías en ritos ceremoniales, viajes astrales, despertar de la conciencia, purificación de ambientes, minerales u otros objetos.
Los cuencos tibetanos están compuestos por una aleación de los siete metales sagrados: plata, oro, mercurio, estaño, plomo, cobre y hierro y forjados de forma artesanal.
Toda la terapia del sonido, se basa en el principio de resonancia, por lo que se refiere a la vibración más intensa y armónica contagia a otra más débil, disonante.
El principio de resonancia designa la capacidad que tiene la vibración de llegar más allá, a través de las ondas vibratorias y provocar una vibración similar en otro cuerpo. Es decir, la capacidad que tiene una frecuencia de modificar a otra frecuencia.
Los cuencos tibetanos son instrumentos de sanación, relajación y meditación, ayudándonos a establecer una vibración armoniosa en todo nuestro organismo, tanto a nivel físico, como mental o psicológico, y emocional y espiritual.
Son un medio maravilloso para equilibrar nuestros chakras y cambiar la conciencia en un estado alterado de ansiedad y estrés hacia un estado de paz, relajación y serenidad, induciendo estados místicos, elevando nuestra frecuencia vibratoria.
Las personas que han experimentado un masaje sónico con los tibetanos se han realizado con cambios importantes: mayor claridad mental, aumento de la creatividad, mayor concentración, mayor visión de futuro y una gran sensación de paz. El resultado es un individuo más productivo, más centrado, más feliz, más sereno, más equilibrado, más en paz sí mismo.
Existe un espacio de paz en nuestro interior y los cuentos tibetanos nos ayudan a entrar en él, nos ayudan a resonar con nuestra verdadera conciencia o mi sentimiento de paz y serenidad que todos llevamos dentro.