En la tradición budista tibetana, los Tinc-Chya se usan en rituales muy especiales. Se hace primero un fuego al que se añade trozos de ropa, arroz, incienso... Un lama dirige la puja mientras que los crótalos son tañidos ocasionalmente. Con este sonido se intenta invocar a los "espíritus deudores" para que recojan simbólicamente ropa, comida etc... De esta forma queda saldada nuestra deuda kármica con dichos seres.
En Occidente se usan en diferentes terapias naturales (equilibrio de hemisferios, meditación, cambio de posición en la manos en Reiki, etc). También, cómo no, músicos curiosos se acercan a su sonido dado su especial agudo.