Es una excelente limpiadora de la sangre y una poderosa sanadora. Confiere la capacidad de disipar el mal y la negatividad y de dirigir las energías espirituales. Calma la mente, disipa la confusión. Emocionalmente ayuda a asentar la energía del corazón. Reduce la irritabilidad, la agresividad y la impaciencia.